Las
empresas españolas de nueva creación con un marcado carácter innovador y
tecnológico, es decir, lo que vienen siendo las “startups”, están casi
condenadas a desaparecer desde su mismo nacimiento. De hecho, sólo el 2% de
ellas sobreviven al cabo de cinco años. Causa de la muerte: falta de
financiación.
Es
una de las conclusiones más llamativas del Mapa
del emprendimiento en España, elaborado por IE Business School y Spain
Startup, del que se pueden extraer otras interesantes reflexiones.
Este
mapa, elaborado a partir de 2.000 proyectos presentados este año a la Startup Competition
2013, nos deja, entre otras, las siguientes cifras: el 46% de los proyectos
cuentan con financiación propia; el 14% con financiación de amigos y familiares
y un 20% se han lanzado sin financiación. Tan sólo un 20% ha contado con
financiación externa cuando para la inmensa mayoría de emprendedores (92%) es
el factor principal para hacer crecer su empresa.
Algo
no encaja.