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jueves, 26 de mayo de 2011

El dinero. Sobre un turista ruso

Cuentan que un día llegó un turista ruso a una pequeña localidad del sur de España con la intención de pasar unos días agradables. Le fue muy difícil encontrar un hotel pero al final lo consiguió. Parecía un lugar acogedor, limpio y tranquilo, al menos a primera vista. A la demanda del turista, el propietario le contestó que tenían habitaciones libres por lo que si deseaba una no tenía más que pedirlo, pero que tendría que dejar como pago y señal la nada despreciable cantidad de 100€.
El turista sacó el billete de su cartera y se lo entregó al hostelero, aunque se solicitó previamente comprobar que las habitaciones fueran de su agrado. El propietario encantado, le permitió tal proceder consciente que era imposible que encontrase uno más limpio, más tranquilo y más bonito, seguramente porque no había otro en el pueblo. El ruso, dejó las maletas en la entrada y subió a comprobar la calidad anunciada.
Mientras tanto, el propietario salió del hotel como alma que lleva el diablo calle arriba hasta la carnicería, donde preguntó por Manolo, el carnicero, al que entregó el billete de 100€ que había depositado el ruso, como pago de las deudas pendientes y ya más sosegado volvió al hotel. Antonio sorprendido y desde luego contento, salió esta vez calle abajo hacia las afueras del pueblo, a la casa de Paco el de las ovejas. Llamó a la puerta, nadie contestó por lo que decidió acercarse al establo donde estaba el susodicho alimentando al ganado. Con una sonrisa amplia le saludo y le entregó el billete que acababa de recibir a cargo de los terneros de la semana pasada.
Paco, el de las ovejas, era muy aficionado a la noche y la meretrices, no tuvo tiempo de agradecerle la restitución de las deudas y se dirigió calle arriba, llegó a la plaza mayor donde se encontraba Paqui, la dulce. Apoyada en una de las columnas de los soportales. Le saludó con un guiño y le indicó que aún era temprano, que esperase en el bar de Luisón. Pero Paco, el de las ovejas, no estaba hoy para grandes alardes porque tenía un dolor metido en la espalda que le imposibilitaba cualquier ejercicio, además lo único que quería era pagarla los servicios prestados el pasado domingo.
Paqui la dulce, que lo era por ser hija de confitero, no se lo podía creer, igual hoy podría ir antes para casa. Le agradeció con una sonrisa y otro guiño el pago y sin decir más , se encaminó al hotel del pueblo, el lugar más limpio, tranquilo y bonito del entorno. Allí encontró al hostelero, ya le conocía, solía ocupar alguna de sus habitaciones como lugar de trabajo y por ello le debía un dinero, en concreto cien euros. El hostelero se sorprendió de la visita, era muy pronto para una reserva y además iba sola. Paqui, la dulce, se subió un poco la falda y cogió de su ligero el billete, un poco arrugado, y cuarteado por sus esquinas, pero desde luego válido. Al menos así lo pensó el hotelero cuando se lo entregó saldando su deuda.
Al momento bajo el turista moviendo la cabeza de un lado a otro. Lo había pensado bien, muy bien por el tiempo que llevaba revisando y no le gustaba el sitio, ni la habitación por lo que quería cancelar la reserva y recuperar la fianza depositada. El propietario abrió la caja y sacó el billete de 100€, el único que había y se lo devolvió. El turista ruso podía haber preguntado porque estaba tan sucio, tan arrugado o tan cuarteado, pero no lo hizo, sabía que seguía valiendo lo que valía. Eso fue todo. Sacó su cartera y lo metió dentro, en el mismo sitio de donde lo acababa de sacar hacía un momento. Marchó agradeciendo la atención recibida y esperando alguna vez volver. El propietario también le agradeció su interés y se despidió de él, seguramente con mayor satisfacción que el turista.
El sol se ponía lentamente, hacía mucho calor y todo estaba teñido de un color rojo que hería la vista. El pueblo estaba más tranquilo, todas las deudas habían sido satisfechas, ahora nadie debía nada. Era un pueblo más rico.

1 comentario:

  1. Entonces porque la banca no financia, si con ese sistema recupera el dinero, mas un interés?

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