Las
empresas españolas de nueva creación con un marcado carácter innovador y
tecnológico, es decir, lo que vienen siendo las “startups”, están casi
condenadas a desaparecer desde su mismo nacimiento. De hecho, sólo el 2% de
ellas sobreviven al cabo de cinco años. Causa de la muerte: falta de
financiación.
Es
una de las conclusiones más llamativas del Mapa
del emprendimiento en España, elaborado por IE Business School y Spain
Startup, del que se pueden extraer otras interesantes reflexiones.
Este
mapa, elaborado a partir de 2.000 proyectos presentados este año a la Startup Competition
2013, nos deja, entre otras, las siguientes cifras: el 46% de los proyectos
cuentan con financiación propia; el 14% con financiación de amigos y familiares
y un 20% se han lanzado sin financiación. Tan sólo un 20% ha contado con
financiación externa cuando para la inmensa mayoría de emprendedores (92%) es
el factor principal para hacer crecer su empresa.
Algo
no encaja.
Si llamativas son las cifras sobre el papel, conocer los casos
reales sobre el terreno le sumergen a una en la impotencia y el cabreo. Con
toda seguridad en cada calle de cada ciudad española encontramos trapas bajadas
y oficinas cerradas de negocios y empresas que podrían haber mantenido su
actividad si no les hubiera fallado el banco.
Un
caso paradigmático que he conocido gracias a un reportaje en la televisión
pública es el de una empresa innovadora dedicada al diseño y fabricación de
bicicletas. Resulta que Edse Inventiva, -así se llama esta empresa-, diseñó un
modelo de bicicleta eléctrica que ha ganado el concurso público para hacer un
“bicing” en Dinamarca, pero ahora ningún banco les ha prestado el dinero para
poder fabricar las miles de bicicletas que necesita el sistema público de
Copenhague. Por este motivo, se han visto obligados a vender la licencia a una
empresa danesa que será la que finalmente haga las 11.000 bicis de este modelo
para su país. Por cierto, una bici eléctrica que presenta muchas ventajas porque
no requiere apenas mantenimiento.
Bajando
al terreno provincial, la financiación, o más concretamente la ausencia de
crédito, es el segundo
problema más importante para los empresarios leoneses, según se desprende en la
Encuesta de Confianza Empresarial del CEL de 2013, sólo por detrás de la
presión impositiva. El acceso a la financiación sigue siendo una gran
dificultad para los empresarios y emprendedores que no encuentran vías para
lograr refinanciar su deuda financiera o que les impide directamente afrontar
nuevas inversiones, incluso con garantías de rentabilidad.
Moraleja:
si los bancos siguen ignorando a las empresas españolas, otras compañías de
otros países se llevarán el negocio y España seguirá perdiendo tejido
empresarial y empleo. Crecimiento sin financiación es un binomio altamente
improbable y las entidades financieras y los empresarios lo saben. ¿Lo sabrá el
gobierno?
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