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jueves, 5 de julio de 2012

TITULADOS

Hace unos días, las aulas de las Universidades se llenaron de nervios por la temida Selectividad. Muchos jóvenes, aún sin saberlo, se medio jugaron su futuro pasando por unos exámenes que les darán el pase, o no, a la carrera elegida, eso si tienen claro qué quieren estudiar, dónde quieren enfocar su formación universitaria, ya que el 70% no tienen muy claro a qué dedicarse o dudan entre varias carreras.

Los que empiezan ahora la siempre excitante etapa universitaria ni siquiera imaginan cómo estarán las cosas de aquí a 4-5 años, cuando tengan que enfrentarse a la realidad laboral. Ahora mismo el panorama para los recién titulados es desolador, a la mayoría les espera la larguísima cola del paro, la emigración o jugársela y montárselo por libre, siguiendo la tendencia de “hágalo usted mismo” que tan buen predicamento tiene en los foros del bricolaje.

España es la meca del paro juvenil, pero, ¿qué hacemos para remediar esta situación? ¿Cuántos licenciados españoles, por ejemplo, buscan o llegan a acuerdos con empresas antes de que lleguen a graduarse? En Japón, por ejemplo, más del 80% de los estudiantes universitarios acuerdan el contrato para su primer empleo un mes antes de licenciarse. La mayoría de los licenciados saben en qué compañía iniciarán sus trayectorias profesionales incluso un año antes de graduarse cuando comienzan a enviar sus solicitudes y conciertan sus primeras entrevistas con empresas.

Sí, ya sabemos que el mercado laboral japonés es uno de los más estables y exigentes del mundo y puede arrojar estas cifras pero, ¿realmente hablamos de planetas diferentes o podríamos intentarlo aquí? Eso, si quedan empresas…

De los datos recientes de un estudio de la consultora especializada Círculo Formación se desprende que el 30% de los jóvenes de León, Burgos y Valladolid, que se examinan estos días de la Selectividad, quieren convertirse en funcionarios, mientras que el 40% aproximadamente tiene como objetivo trabajar en la empresa privada y el 25% orientarán su futuro como emprendedor y trabajar por cuenta propia. Son datos bastante positivos, en mi opinión, porque reflejan la tendencia de que el empleo público tiende a bajar y la opción emprendedora y de empresa privada va en aumento.

Siguiendo con la realidad provincial y aportando más datos, la Universidad de León, por ejemplo, tiene un 17% de abandono, especialmente en las titulaciones de Historia, Geografía y sorprendentemente también en Informática, un campo laboral que ha abierto muchas expectativas en la provincia en los últimos años con la consolidación de un polo tecnológico importante. De los 2.443 alumnos que iniciaron sus estudios universitarios en León, 419 no llegaron a graduarse.

En principio y según los expertos, esta tasa de abandono no es preocupante, ya que la ULE está entre las diez universidades españolas con menor índice de abandono, y si lo comparamos con el índice de fracaso escolar en secundaria, 26,2%, en León y 28% de media en España, pues parece que es una cifra asumible por el sistema.

Pero, en mi opinión y en la de otros muchos, es el propio sistema el que no es aceptable ni útil para los jóvenes en proceso de formación ni para el resto de la sociedad sobre la que recae el coste de la educación.

Tenemos un sistema desequilibrado, despilfarrador y contradictorio. España es el país de la UE con más trabajadores sobrecualificados, en concreto, el 31% frente al 19% de media europea, es decir, tienen un título universitario o de FP de grado superior pero ocupan un empleo por debajo de ese nivel. Esto, ¿qué quiere decir? Pues que tenemos un modelo educativo y productivo erróneo, que la formación sigue estando al margen del mercado laboral y de las necesidades de la sociedad y, sobre todo, que desperdiciamos los escasos recursos que tenemos, lo cual es muy grave, no sólo porque el proceso formativo es muy caro sino porque subemplear a los que ya están formados es todavía más lamentable y frustrante para los afectados.

Hace un par de meses contemplamos una huelga y concentración históricas del sector de la enseñanza. Profesores y alumnos se lanzaron a las calles en protesta por los recortes del Gobierno. Puede que tengan razón en sus reivindicaciones, están en su derecho, sin embargo, desde mi punto de vista, debió ser una huelga y manifestación más históricas si cabe, si hubieran planteado cuestiones de fondo, de verdadero calado para mejorar realmente la educación en este país, para dotarla de un nivel de excelencia del que adolece. Todo el sistema hace aguas, empezando por las transferencias de educación a las CCAA que, aunque por un lado han supuesto mejoras notables en la modernización del sistema educativo, sin embargo han acarreado a su vez ciertos vicios provocados por el empeño meramente político de competir con los vecinos mejorando las estadísticas que por una verdadera preocupación por la calidad del sistema.

Puede que la calidad y la excelencia se consigan con más dinero pero puede que no, que se logren con mayor compromiso, implicación, formación continua, vocación, entusiasmo de maestros, profesores, catedráticos y, por ende, de los niños y jóvenes que se juegan su futuro en las aulas.

A medio y largo plazo, la educación, la innovación y el mercado laboral son las claves para el crecimiento sostenido. En todos los niveles educativos se debe potenciar, entre otros aspectos, el aprendizaje de idiomas y la utilización de las nuevas tecnologías de la información y una prioridad específica debe ser la mejora de la formación profesional. Nuestro sistema educativo debería acercarse a la realidad y formar personas creativas y emprendedoras. Creo que deberían incorporarse a los currículos académicos contenidos y habilidades emprendedoras, además de otros aspectos relacionados con la inteligencia emocional que son tan vinculantes para el fracaso o el éxito profesional futuro.

En menos tiempo del que imaginamos, los buenos trabajadores, los profesionales excelentes tendrán a su representante, a su coach, como tienen los futbolistas, y les garantizarán la mejor formación y entrenamiento para colocarles en las mejores empresas. Es el tiempo de los profesionales motivados que buscan, además, un desarrollo personal en sus trabajos, de forma que lo que hacen les satisfaga y les enriquezca tanto como sus pasiones vitales.