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martes, 25 de junio de 2013

Da igual la dieta de la manzana, de la pera o del litro del agua, el Estado no adelgaza.

Es verdad o no lo es el ímprobo esfuerzo del gobierno para disminuir el déficit público adelgazando el estado. Parece que entre las pocas coincidencias del Gobierno y de los agentes sociales se encuentra el importante recorte en el gasto público, para unos excesivo y para los otros insuficiente. ¿Quién tendrá razón, los unos, los otros, ambos o ninguno? Hace pocos días se publicaba en Libertaddigital.com un curioso artículo que desmenuzaba la partida de ingresos y de gastos. He aquí algunas de sus ideas.


Vamos a partir de un dato objetivo, todo lo que la contabilidad puede serlo, que es que el déficit público ha caído del 9% al 6,9 del PIB lo que supone una disminución de casi 22.000 millones (aquí falta la foto de Montoro con su sempiterna risita). Pero, ¿cuánto de ello se debe a recortes en el gasto público?

Otro dato objetivo, pues poco o casi nada. A pesar de que España está por debajo de la media en cuanto a menor gasto público en porcentaje de PIB, un 47%, frente al 49,7% de la media comunitaria, el peso del estado no ha parado de aumentar desde el 39,2 del 2007, casi 8 puntos desde el inicio de la crisis, el mayor incremento de la Zona Euro a excepción de Finlandia. Desde el 2000 el peso del sector público se ha disparado un 45% frente a la media europea del 20%.

El gasto en el 2012 contabilizó un importe de 493,6 mil millones, un 2,8% más que el año anterior, y un 19,5% más que en el 2007 en plena cresta del boom inmobiliario (81.000 millones más, que se dice pronto).

Los ingresos por su parte también han crecido pero un escuálido 0,6% hasta los 382 mil millones, 2.373 más que en el 2007 y 51.000 menos que en el 2007. Y eso a pesar del aumento tributario.

Así las AA.PP. han gastado 111,6 mil millones más de lo que ingresan: un 30%, el 10,6% del PIB. Y ¿de dónde sale el manido 6,9% de déficit? Pues de artificios contables, quitando la ayuda al sistema bancario, 38.000 millones, nos dejan un saldo final negativo de 73,6. Vualá. Y de paso el gobierno se ufana de que el gasto final ha sido de 445.000. Es decir 19.800 millones menos que en el 2011, ese es el superesfuerzo público de adelgazamiento global, que tanto pregonan Rajoy y Montoso.

Este desajuste ha supuesto un continuo incremento de la deuda pública, alcanzando un nuevo récord en el año 2013 cuando llega al 88,2% (923.000), desde que estalló la crisis en el 2007, este endeudamiento ha crecido 540,5 mil millones, 50 puntos del PIB, a un ritmo de 100.000 millones al año.
Un dato cierto es que el mayor recorte se produce no en adelgazamiento estructural, sino en meros atajos presupuestarios, a saber: paralizando obras públicas. La partida de inversiones cae de 39,1 a 25 mil millones, lo que suponen 14.100 millones menos de gasto, que es ni más ni menos el 70% del recorte total. Ese ha sido el tijeretazo, el resto el chocolate del loro como veremos.

Cierto es también, que el empleo público es la partida que más ha notado el ajuste (si lo hubiera habido, quizá es mejor hablar de “recortes en los excesos”, sería más propio), ya que de los 3,22 millones de 2011(3er trimestre) se pasa a los 2,85 actuales (-375.000), situándonos en los niveles del 2005 en pleno crecimiento económico. Es por ello que la partida destinada a ese concepto pasa de 123,5 a 116,1 mil millones, 7.463 millones menos.
Las otras partidas de gasto apenas si aportan algo a la reducción del déficit, en conjunto poco más de 2,5 mil millones.
Por el lado de los ingresos, España apenas ingresa un 36,4% de PIB, muy por debajo de la media europea que llega al 46,2%, de ahí la perenne amenaza cual espada de Damocles, de una subida impositiva, como si fueran pocas las treinta aprobadas por el PP. A pesar de este dato el esfuerzo fiscal (relación entre tributos y renta disponible) es mucho mayor que en el resto de la comunidad y similar al de los países con mayores rentas. El contribuyente medio trabaja casi la mitad del año para el Estado, mientras que un mileurista por ejemplo supone para Hacienda una media de 522 € al mes. De hecho y es otro dato irrefutable desde 1965, España es el país del mundo (detrás de Turquía) que más ha aumentado la presión fiscal.


Y a modo de resumen, no me queda claro que se esté adelgazando el Estado, que se esté aplicando un modelo de gestión pública más eficiente que el de Zapatero, ni veo más damnificados que las clases medias y mira que me esfuerzo. 

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