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jueves, 24 de abril de 2014

Francia y España tan cerca y tan lejos (I)

En Francia se sigue un camino diferente al emprendido por el ejecutivo español, seguramente la situación heredada y el impacto de la crisis sea diferente en uno y otro caso, pero lo cierto es que el presidente Hollande, acaba de anunciar el Pacto de Responsabilidad (ya el nombre tendría difícilmente se ajustaría al panorama político español), donde se reducirá la fiscalidad de las empresas y autónomos en 30.000 millones de euros, aproximadamente el 1,5% del PIB.


Cabe pensar que en nuestro vecino, se empieza a ser consciente de que la situación no es idílica y que los descensos económicos de los últimos trimestres no presagian nada bueno y como las tendencias se suelen mantener si no se asumen y se toman medidas (a veces ni con eso), Hollande,  materializando en él mismo el adagio de que, errar es propio de los hombres y rectificar de unos pocos (se supone más inteligentes), pues rectifica y si en un primer momento decidió eliminar las medidas emprendidas por Sarkozy a partir del 2007 cuando redujo los impuestos y las cotizaciones para contrarrestar el efecto del incremento de 1,6 puntos en el IVA, ahora emprende un plan en esa línea.


EL Pacto, planificado con un horizonte temporal de 3 años (hasta el 2017), busca principalmente modernizar el sistema fiscal de las empresas, disminuir el número de impuestos a cambio de más inversión y empleo, la reducción de las normas y cargas administrativas y la eliminación de las cotizaciones sociales familiares a las empresas. Y como contrapartida se propone reducir 50.000 millones de gasto público, lo que en términos económicos se llama “crowding-in”.

En España la situación es diferente, al menos así parece de las medidas que se van tomando sobre la marcha: el año 2013 acabó mal como bien sabemos todos los ciudadanos y acompañando el presupuesto del 2014, el Gobierno presentó una batería de propuestas poco positivas creo yo, para contribuir a que la incipiente recuperación se consolide, y me refiero a las nuevas imposiciones recaudatorias en forma de D.Ley 16/2013, donde se introducen nuevos elementos susceptibles de cotizar a la S.S. y eleva las cargas sobre otros que ya cotizaban: planes de pensiones, mejoras en las prestaciones de la SS distintas a la Incapacidad Temporal, los pluses de transporte y distancia, los vales de comida, las entregas de productos a precios rebajados en comedores de empresa, o las asignaciones en forma de primas de contrato de seguro por accidente o guarderías, entre otras.

Pero en concreto se incrementa un 2% la base mínima de cotización para autónomos, hasta los 875,7 lo que significa que la cuota mínima pasa a 261,83€; y a su vez sube un 5% la base máxima de cotización. Pero además a los autónomos societarios y con aquellos con más de 10 trabajadores también notarán la subida impositiva de un 22% en la cuota mínima mensual (313,34).

Y a todo esto se suma la desaparición del la indemnización del FOGASA en caso de contratos por causas objetivas en empresas con menos de 25 trabajadores, si bien es cierto que el Gobierno añade “para las empresas solventes” y la desaparición de los aplazamientos en los pagos de las retenciones del IRPF (modelo 111).

Pues a mí me parece que no son medidas comparables a las francesas, y no se me escapa que seguramente tengan diferente efecto en cada economía, unas positivas y otras negativas. ¿Adivinan cuales?

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