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martes, 8 de abril de 2014

La obligación social de crear una empresa, una puerta abierta al descalabro

Recientemente asistimos a un bombardeo masivo fomentando el emprendedurismo, incitando a todo el mundo a enfrentarse a la aventura de crear una empresa, ser tu propio jefe; parece la la solución para todos los problemas de nuestra economía: si faltan emprendedores, creémoslos. Yo lo he vivido en muchas conferencias y charlas a jóvenes estudiantes y en la mayoría de las veces sin muchas razones. Pero de la misma manera que no todo el mundo corre los 100 metros en menos de 10 segundos, no todo el mundo puede ser empresario. Pero además, me atrevo a decir, ni falta que hace. No hay nada en este mundo que valga para todos, salvo ese curioso refresco, para mí más interesante por sus campañas que por sus productos: para los altos, para los bajos, para los blancos, para los negros, para los rubios, para los castaños, para los de aquí, para los de allí, ¿se acuerdan?


Desde luego yo no me voy a oponer a la necesidad, casi la obligación de crear empresas, que enfrentarse a un reto, de unir esfuerzos para conseguir una meta, desde luego que no. Pero aunque para mí tengo que ser emprendedor no va en los genes, ni es una marca que la tienen aquellos elegidos al nacer (al menos en la gran mayoría), tampoco todo el mundo puede arrostrar con las obligaciones y responsabilidades que conlleva.

El empresario es el resultado de un binomio, de una relación entre conocimiento y oportunidad, de manera que en su óptimo surge la creación de empresas, es allí donde se materializa una idea. Por lo tanto para crear empresas y empleo y riqueza, no vale recurrir masivamente, como estamos asistiendo actualmente a la aseveración de “crea tu empresa”, porque en la gran mayoría de los casos es la puerta segura para el fracaso, y no en el sentido norteamericano de un paso más hacia el éxito final, sino entendido como Dios manda, batacazo y ahí te apañes.

Por lo tanto cuidadín con echar balones fuera, la responsabilidad de la creación de empresas es de todos no sólo del aventurero (loco-soñador), es de la sociedad en su conjunto y la adecuación de los recursos para que se materialicen las ideas de la mejor manera posible.

Si hemos considerado (yo desde luego así lo hago), que es el resultado de una combinación de conocimiento y oportunidad, es imprescindible maximizar dicho binomio para que el número de empresas creadas sea mayor. Las campañas publicitarias del estilo "todos a emprender" son mas voluntariosas que otra cosa porque no afectar a ninguno de los componentes anteriores. Entiendo por conocimiento, la formación académica y personal la de nuestras experiencias vitales, y por oportunidad la creación de un ambiente, de un escenario propicio para el nacimiento. Apple no se podía haber creado en España, ¿alguien se imagina un inspector laboral en el garaje de Jobs?


Leo recientemente en el Informe de Emprendimiento en España que la creación de nuevas empresas se ha acelerado por necesidad y no por oportunidad, y pienso inmediatamente pobres emprendedores. La percepción de oportunidades de negocio, por parte de los españoles se encuentra en la cola de los países desarrollados, por lo tanto me hago la siguiente reflexión ¿qué empresas estamos creando?

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