Hace apenas un mes, mes y medio
realmente en uno de los viajes a las diferentes comarcas de León, me comentaba
una empresaria bastante sorprendida y preocupada: “Ay hijo, ahora se está
empezando a notar la crisis en el pueblo”, pongo pueblo pero no lo era, más
bien ciudad de más de 10.000 habitantes. Y el que se sorprendió entonces fui yo,
pensaba cómo es posible, si después de 6 años de crecimientos negativos y
varios trimestres positivos, si la EPA apunta a descenso en el desempleo, si
las afiliaciones a la S.S. aumentan, si todos nos vanagloriamos de que hemos
dejado atrás la crisis, que vienen años de vacas no tan gordas, pero lustrosas,
venga un empresario y me haga esa reflexión, que para más abundamiento
seguramente será cierta.
Pues al final, la razón será
siempre la más sencilla y es que como decía Machado hay dos Españas: una España
crece y la otra no. León está claramente en el segundo grupo. Una España es
dinámica y la otra un lastre.
La Encuesta de Confianza
Empresarial publicado ayer por el CEL profundiza en esta desigualdad económica,
y a pesar de todos los cantos de sirena y las modificaciones sobre las
previsiones económicas que se van haciendo a lo largo del año, casi siempre
positivas, la situación en la provincia es mala o muy mala. Y eso es así. Ahora
bien como queremos ver aspectos siempre positivos podemos concluir que es mala
pero no tan mala como era. Pues, seguramente. O quizá la percepción es
acomodaticia y hemos aprendido a vivir y a vender en un marco recesivo que
consideramos ahora aceptable o no tan malo como cuando recordábamos con alegría
los cercanos tiempos de ventura y regocijo (tiempos idos que no vuelven); espero
que no. Aunque como en el medio siempre está la virtud, habrá algo de los dos.
Las empresas desde luego, en
general, porque a nivel particular cada una vela por sus intereses y conoce su
situación, han pasado lo peor: los bancarios salen de sus oficinas a la calle,
atisban panorama, algunos visitan polígonos, se dejan ver. Y eso es bueno,
porque aprovechando la ocasión alguien les puede pedir financiación e incluso
pueden darla, aunque sea un ICO, para mayor seguridad del banco.
Muchas empresas exportan, buscan
otros mercados e incluso el propio parece ha roto la tendencia recesiva de los
últimos años, por lo que esperan vender algo más. Pero con todo los empresarios
siguen demandando que se aplique el sentido común a las decisiones políticas en
reformas eficaces y necesarias. Lo normal sería enumerar algunas de ellas, pero
no lo voy a hacer porque las sabemos, las denunciamos todos los días, y
llevamos años y años haciéndolo, así que el interesado tendrá que acudir a la hemeroteca,
y así aprovecho la ocasión para visitar alguna otra entrada, quizá hasta la
encuentren interesante.
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