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viernes, 20 de septiembre de 2013

La Ley de Emprendedores. Otra vuelta más a una tuerca pasada...de rosca.

Hoy se aprueba definitivamente al Ley de Emprendedores, no sé yo si hacía falta, porque total han pasado casi dos años desde la entrada de este nuevo gobierno, que hayamos superado la crisis (así lo dicen los principales indicadores económicos y se ufana el ejecutivo) y que baje en agosto en 31 personas , para que entre en vigor (todavía no) esta famosa ya por esperada, Ley emprendimiento.


Al margen de si la Ley es positiva o si incluye puntos que podrían ser más o menos criticables, la necesidad de facilitar la creación de empresas y el fomento de las relaciones económicas de los agentes sociales, parece una necesidad básica, nunca mejor aplicado el “sine qua non” para el crecimiento y bienestar de una sociedad. Y la aprobación de esta Ley demuestra que somos conscientes (hasta los políticos) que era muy difícil, pero muy difícil -tan difícil como en Etiopía o Argelia o cualquier otro país tercer mundo- crear una empresa y ponerse a trabajar (no todos, porque incluso algunos de esos países están por encima nuestro). Con todo seguirá siendo muy difícil, bien hemos de lamentarlo en la cifra de paro y de crecimiento.
A parte de las medidas que puedan tener más o menos éxito, como la agilización en los trámites para la creación de empresas, o la reducción en la cuota de autónomos a (más o menos) 75€; la introducción del criterio de caja para el IVA en PYMES y autónomos y algunas otras como el apoyo fiscal a la recapitalización de las empresas y a la I+D+i; suele suceder en la forma de trabajar nuestros sucesivos gobiernos, con independencia del color, habilidades o aptitudes que pudieran tener (tampoco les presupongo muchas), que confunden las intenciones con las normas y tienden a hacer un desiderátum con unas y otras que al final no se aclara ni Dios, a ver si más adelante se iluminan los legisladores y son capaces de dar luz a tan buenas intenciones de los políticos. Y tiene que aparecer un desarrollo posterior en forma de Reglamento u Orden Ministerial que lo aclare, desarrolle o directamente lo anule. Por lo que es lógico que en el inicio haya muchas dudas.
 Por ejemplo, es difícil entender el concepto de responsabilidad limitada del emprendedor de las deudas derivadas de su actividad, mediante el establecimiento de un límite según el valor de su vivienda habitual (300.000€). A ver dónde encuentran bancos para que inviertan en sus negocios, si todos hemos invertido en una casa y es lo poco que tenemos, no sé con qué van a garantizar nada. Total más bares y tiendas de ropa.  
Otro motivo de duda o de desarrollo posterior atendiendo al criterio “ya veremos cómo salimos de esta”, es la vía extrajudicial para resolver deudas empresariales hasta cinco millones de euros, en vez del concurso de acreedores. Dónde está esa vía y lo más importante si la figura del concurso de acreedores es bien más un concurso de funerarios, porque la empresa que entra no sale, no sería mejor cambiar la ley concursal, cuyo objetivo fundamental es precisamente la permanencia de la empresa y no su muerte precipitada y de mala manera? Me recuerda a Kafka en el Proceso, cuando acaba diciendo “como un cerdo, es como si la vergüenza fuera a sobrevivirle” o algo parecido.
Sigo pensando cómo se podrá introducir el criterio de caja en las empresas para aplazar el I.V.A. hasta el momento del cobro, cuando ni siquiera es posible hacerlo con la presentación de la demanda en el juzgado por impago. A mí que me lo expliquen.
¿Y no podría ser que en lugar de las nuevas empresas, se beneficien de reducciones impositivas, todas aquellas que reinviertan los beneficios,  o igualmente a todos aquellos socios que aporten capital a la empresa y no sólo a las de nueva creación?
Tendrán que explicar cómo flexibilizar y agilizar las trabas administrativas, y en especial las de apertura de nuevos negocios, porque llevamos muchos años agilizando las trabas y parece que no acabamos de hacerlo, se reproducen sin cesar, son una plaga. Lo peor de todo es que flexibilizar no es tan difícil, lo hacen en otros países de nuestro entorno, mucho más dinámicos empresarialmente hablando, hoy mismo un emprendedor me comentaba que acababa de abrir un tienda online en las Seychelles, ¿Y tan lejos, pillín? Podía haberlo hecho en Inglaterra, un click y unas decenas de euros, pero ya puestos,… Me respondió. Por lo tanto

Me hace sonreír y no poco lo del esfuerzo sin precedentes en la implementación de una cultura emprendedora en la educación a todos los niveles. Queda bien, cumple, queda bonito, es políticamente correcto, y cerramos el paquete de medidas, todos a comer, el esfuerzo ya está hecho. Y así el séptimo día descansó.

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