Etiquetas

cuentos (15) dirección (34) ecología (3) economía (110) energía (7) exterior (19) innovación (20) laboral (39) León (53) Noticias (88) política (70) tendencias (39) turismo (10)

viernes, 11 de abril de 2014

Un billete de tren León-Madrid, ida y vuelta 62€ y el Huevo Kinder

Ayer usé el Intercity, para los que no lo sepan es un tren de velocidad alta que hace el recorrido, entre otras ciudades, de León a Madrid -que para nosotros es lo que nos interesa-,  y de vuelta llegué en el otro Intercity cuyo destino final era Ponferrada. Lo tomé, el de ida, a las 6:30 para llegar a Madrid poco más tarde de las nueve e iniciar una jornada de trabajo, casi completa porque vine en el de las 17:00.
Mi primera  impresión fue de sorpresa, el tren iba y volvía absolutamente lleno, luego me di cuenta -quizá por deformación profesional o simplemente por sentido común- que la demanda
de un producto depende principalmente del precio -y esto sí se debe a mi formación económica- en una relación directa que se conoce como elasticidad. Así cuando se sube el precio de un bien o servicio se corre el riesgo de no incrementar los beneficios, porque esa subida puede significar menores ventas. Y viceversa, a veces una bajada de precios puede suponer mayores ingresos. En este punto paseando el pasado miércoles por la calle San Claudio, donde se sitúan los Cines Van Gogh de nuestra ciudad, me encontré con una cola de daba la vuelta a la manzana esperando adquirir un billete para ver una película. A parte de la calidad de los largometrajes que se pudieran emitir, la razón principal era el día del espectador y escarbando aún más, la verdadera razón era el precio que gracias a la oferta de abril era de 3,5 € un 50% menos que el precio habitual. El resultado un éxito de asistencia y de ventas. Lo que nos permite responder a la pregunta si no se va al cine porque las películas son mala, por la piratería  o por el precio de la entrada. Algo similar creo yo que ocurre con el tren, porque 62€ ida y vuelta a Madrid, no es caro. Al contrario, amén de otras ventajas que pudiera tener como acceso directo al centro de la ciudad, comodidad, seguridad en el viaje,…

Y ahora voy a lo que quería, parto de ser profano por lo que ruego me excusen si hierro o no me expreso con toda la propiedad necesaria -siempre entendí mal lo de velocidad alta y alta velocidad-, pero observé que salvo Chamartín y la nuestra estación, no encontré ninguna otra parada donde acabaran las vías, vamos que el tren tenga que reincorporarse marcha atrás. Ninguna. Acepto que somos importantes ferroviariamente por nuestra historia, nuestra ubicación e incluso porque somos de León y contentos de ser de aquí, ¿pero tanto?

He oído a algunos políticos, hoy en el poder, decir que “lo importante no es la estación, es que llegue el AVE, luego ya veremos”. Yo no estoy de acuerdo, como no lo estuve en su día cuando se inauguró el apeadero: lo importante es la meta y la meta debe ser el objetivo. Que llegue el AVE es importante, o la vía de alta velocidad para ser más exactos, ¿pero es lo más importante? Reiterando mi desconocimiento, y aplicando mi sentido común, me parece que el tren de velocidad alta puede suponer una mejora de aproximadamente 15-20 minutos, de tiempo actual, es de suponer que el precio se eleve, y también de quedarnos con este apeadero lo que supondrá una reducción en el número de trenes que hagan el trayecto que yo hice ayer. Porque ¿cuánto tiempo pasará para que alguien, haciendo caso a las presiones asturianas (absolutamente legítimas) decida eliminar este desvío de su recorrido? Con lo que la estación perderá muchas combinaciones: llegaremos antes a Madrid, pero pagando más y en menos trenes.


Por lo tanto la opción no es una y luego la otra, son las dos y si me apuras una sola opción que se compone de tres como la Santísima Trinidad (iniciamos la Pasión y no podía dejar por menos de hacer un guiño a la Semana Santa): conseguir que los ciudadanos de León dispongan de un ferrocarril que les permita el desplazamiento en las mejores condiciones, con la mayor frecuencia posible y al menor precio. Y ojo porque aunque pudiera parecer lo contrario, tres deseos en uno no es imposible, como sabe cualquier madre, ahí está el Huevo Kinder.

2 comentarios:

  1. Perdona el AVE supone prácticamente una hora de adelanto en el recorrido,supone además un espacio ligeramente diferente al intercity donde el viaje en caso de quererlo aprovechar puedes trabajar con cierta comodidad o relajarte, supone tarifas simultáneas en preferente y turista. Y en ese horario y en el que vuelve de madrid a media tarde si no iba lleno siempre, cuando era el ALVIA, poco le faltaba, y no solo en clase turista.Quizás no es el precio y si el servicio lo que hace que se llenen los trenes o los aviones. No es lo mismo un avión a las 8 de la mañana que te deje en barcelona antes de las 10 y uno de vuelta a última hora de la tarde que tener uno de ida casi a la hora de comer y el de vuelta antes de merendar. La relación precio utilidad tiene también mucho que ver en la decisión de los usuarios, lo alucinante de esto es que los servicios que usamos muchos laboralmente y que tienen alta ocupación hayan perdido la calidad que tenian y parte del valor añadido que procuraban y se hayan mantenido esos servicios o tipo de trenes en horarios ociosos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo contigo, el servicio es fundamental, de hecho la competitividad se basa en el precio o en el servicio y no hay otra. El cuore de la entrada se encuentra en la posibilidad cierta de tener pocos trenes como consecuencia de la nefasta gestión de nuestros políticos que atienden a un corto plazo sonrojante. Yo personalmente preferiría muchas combinaciones que una sola independientemente de la calidad del servicio, porque a eso es a lo que nos enfrentamos, a convertirnos en un apeadero parecido a OK Corral.

      Eliminar