La noticia buena y algunas otras muy malas.

La noticia buena y algunas otras muy malas.

Primero de todo hay que decir que la tendencia ha cambiado, antes eran todas malas, hoy casi todas, pero mira por dónde hay alguna buena (el brote). Empecemos por la buena, España crece un 0,3% en el cuarto trimestre acelerando la recuperación del trimestre anterior y encadenando dos positivos. Pese a todo el año cierra una caída del 1,2%, por debajo eso sí de las previsiones del Gobierno. La demanda nacional (principalmente el sector privado) sigue cayendo aunque menos que antes, un 2,8% pero si consideramos que es aproximadamente el 65% del PIB, pues encontramos una razón de peso para la caída generalizada. Es cierto que el desempleo ha caído en términos interanuales: ¡albricias!

Y ligando esto a las malas, la demanda interna no repuntará con holgura, al menos hasta que no bajemos el salvaje nivel de desempleo que llega al 26,03%, la ratio más alta de toda la historia de la EPA: 5,9 millones de parados. Una vergüenza: más de 1,8 millones con todos sus miembros desempleados. ¿Qué pasa a nuestro políticos que no están atacando el mayor problema de nuestra economía y se enzarzan en batallas fútiles, buscando victorias pírricas? La cabeza del león está en el consumo interno y esa es la única prioridad, no si Mas dice otra chorrada o si se socava o no Gamonal (por cierto barrio feo donde los haya -con perdón-).

Falta una vocación clara para enfrentarse a este problema, se necesitan medidas contundentes que fomenten la contratación eliminando las barreras y las rigideces del mercado laboral y lo bueno es que apenas sí se han implementado algunas -queda campo-. Seguimos con la mayoría de la legislación laboral de hace años, con una reforma parcial, con emplastes puntuales que llegan hasta donde llegan, a tener casi 6 millones de parados. Falta formación a todos los niveles, o al menos una formación adecuada a nuestras necesidades y posibilidades, faltan empresas y desde luego falta financiación. Pero es que además el marco fiscal no es el adecuado, las subidas impositivas asfixian cualquier brote verde familiar o empresarial y más que equilibrar el déficit vía ingresos, debían de buscarlo más, vía gastos, porque seguimos con un sector público megalítico e insostenible.

Y la tercera noticia, esta mala, ligada con lo anterior -que no podemos con el chiringuito público que tenemos-  es que por primera vez en casi 20 años nuestra deuda pública está por encima de la media euro alcanza el 93,4% en una espiral que no ha dejado de crecer, ¡¡¡¡¡en el 2007 era del 39%!!!! Los recortes que se han dado, anunciado y producido, en general adolecen de una estrategia una dirección conjunta meditada y estudiada: una meta o un modelo, son acciones puntuales y esporádicas en el marasmo de administraciones en que se distribuye este país, por eso la eficacia es muy limitada y los daños que provocan en forma de derechos y recortes sociales son muy altos.