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viernes, 10 de junio de 2011

Una nueva tuerca en el mercado laboral. Primero la Reforma y ahora los Convenios

Dice nuestro actual Ministro de Trabajo que las negociaciones van por buen camino porque como los resultados no contentan ni unos -la patronal-, ni a otros -los sindicatos-, deben ser buenos. Es una visión positiva que le honra, más que nada porque se ha quedado sólo en la mesa de negociaciones y, el hombre es novato, algo tiene que hacer para justificar su puesto, aunque sea malo, como parece que opinan las partes. Pero ni corto ni perezoso ya ha colado el borrador en el orden del día del próximo  Consejo de Ministros para su aprobación.
 Así se podrá resolver la situación de los más de 3.000 convenios colectivos pendientes de renovación por las partes, los más comprometidos por otra parte. Pero todo se arregla con un Decreto.
La negociación de los convenios es norma de 1980; ya de entrada parece trasnochada, poco se ajusta la situación actual a la de hace 30 años, si acaso en la crisis que se soportaba en uno y otro momento, pero poco más. Es generalizada la opinión que hoy la negociación como está dificulta, más que arregla, convirtiéndose en un lastre para la viabilidad de las empresas y por ende la contratación laboral. En eso todos están de acuerdo. Buen arranque. Yo para mí tengo, que siendo importante, como todo lo que afecte a las empresas, no es algo fundamental ni imprescindible, más cuando la manida reforma laboral acabada de aprobar está demostrando su ineficacia día tras día, encuesta tras encuesta. Lo que me hace pensar que de este nuevo intento no vamos a sacar mucho más.
Pero partiendo de este pesimismo mío, creo que la patronal tenía algunas ideas bastante buenas que introducir en la nueva ley de negociación colectiva, vaya por delante que yo, la principal novedad que introduciría sería su desaparición. Los empresarios pedían una mayor flexibilidad interna de manera que la empresa pudiera disponer de un 20% de la jornada según las necesidades existentes; o la eliminación de convenios en empresas pequeñas de nueva creación por un periodo de dos años, o la eliminación de un convenio vencido después de seis meses sin negociar, pasando a aplicarse el sectorial, y desde luego un contrato único de 20 días de despido, un contrato en prácticas extensible a tres años y un contrato de fomento de empleo con el salario mínimo anual, y finalmente el traslado de la baja médica al Estado desde el primer día. Los sindicatos, nada, es difícil reformar para mejorar lo excelente, claro; y se opusieron, a todo. Es mejor dar vueltas a la madeja, que si medidas sociales, que si explotación, que si despidos innecesarios, que si la crisis la paga el trabajador,…Lo de siempre.
Sobre el tema de la baja médica, me gustaría hacer una anotación, con la nueva ley de igualdad, si un trabajador se cae enfermo durante las vacaciones, no antes, ni después, esos días han de ser compensados con nuevas vacaciones. Total que si hay algún listo por la empresa pasa a cobrar y a dejar los partes de baja. Ojito.
Y siguiendo con el argumento, perdón por los incisos, la solución laboral no pasa por regular mejor o peor -hombre, siempre es más deseable que de hacerlo, hacerlo bien- , pasa más bien por crear empresas, porque son las únicas que crean empleo privado y soportan el público, que es mucho. Deberíamos buscar fórmulas que agilicen sus decisiones, como menos trámites, menos requisitos, menos normas, menos impuestos y menos cotizaciones y más apoyo, sobre todo eso apoyo.

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