Etiquetas

cuentos (15) dirección (34) ecología (3) economía (110) energía (7) exterior (19) innovación (20) laboral (39) León (53) Noticias (88) política (70) tendencias (39) turismo (10)

martes, 3 de mayo de 2011

Organización en la empresa. Del cuento de los remeros japoneses y los españoles



Estimado lector voy a permitirme el lujo de iniciar con esta entrada un paquete de aportaciones más o menos narrativas de cuentos, parábolas, historias e historietas -incluso chistes-, más o menos conocidos pero que tienen algo que ver con la economía, la empresa y la gestión, en toda su amplitud, que es mucha.
El cuento de los remeros es viejo y muy conocido, pero no por ello deja de perturbar y provocar una reflexión profunda sobre la realidad de las exageraciones que detalla. Espero que te guste este y los que vengan.

Cuentan las crónicas que en 1994 se celebró una competición de remo entre dos equipos, uno compuesto por lo trabajadores de una compañía española y otro por sus colegas de otra empresa japonesa. Se dio la salida y los remeros japoneses empezaron a destacar desde y así llegaron a la meta en primer lugar. Una hora después llegaron los españoles agotados del esfuerzo y sorprendidos por el resultado. De vuelta a casa la Dirección de la empresa española se reunió para estudiar las causas de tan bochornosa actuación, llegando a la siguiente conclusión:
“se ha podido observar que la tripulación japonesa contaba con un jefe de equipo y diez remeros, mientras que en el español había un remero y diez jefes de equipo. Por lo que el próximo año se tomarán las medidas adecuadas”.
En el año 95 se dio de nuevo la salida, y nuevamente el equipo japonés empezó a distanciarse desde la primera remada. El equipo español llegó esta vez con dos horas y media de retraso. La Dirección, después de este nuevo y humillante rapapolvo volvió a reunirse nuevamente para estudiar las causas de este nuevo fracaso. Se comprobó que el equipo japonés mantuvo la estructura anterior: un jefe de equipo y diez remeros; mientras que el español, tras la serie de medidas adoptadas en el año anterior, lo componía un jefe de equipo, dos asesores de gerencia, siete jefes de sección y un remero. Así tras un largo y minucioso análisis se llegó a la conclusión de que “el remero es un incompetente”.
En el año 1996, como no podía ser de otro modo, el equipo japonés se escapó nada más darse la salida, la trainera que este año había encargado el equipo español, llegó con cuatro horas de retraso, por lo que hubo que utilizar la del año pasado. Tras la regata y , a fin de evaluar los resultados, se celebro la ya tradicional reunión de dirección, esta vez al más alto nivel, en la cuarta planta del edificio donde se encuentra ubicada la sede central de la compañía y se llegó a la siguiente evaluación:
“Este año el equipo nipón optó una vez más por una tripulación convencional, formada por un jefe de equipo y diez remeros, todos muy experimentados, no en vano llevan juntos tres años y se conocen a la perfección. Nosotros en cambio, tras una auditoría externa y el asesoramiento especial del departamento de organización, optamos por una formación más vanguardista, compuesta por un jefe de equipo, tres jefes de sección con plus de productividad, dos auditores de Arturo Anderson, cuatro vigilantes jurado que no quitaban ojo al remero, al que habían amonestado y castigado quitándole todos los pluses e incentivos por el fracaso del año anterior.”Tras varias horas de reuniones se acordó que:
“en la regata de 1997 el remero sería de contratación externa”. No obstante a partir de la vigesimoquinta milla marina se ha venido observando cierta dejadez que roza ya el pasotismo en la línea de meta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario