
Mucho se había apostado en la cacareada la reforma laboral, que iba a favorecer la contratación, reducir la disparidad entre fijos y continuos y muchos otros beneficios como el ajuste de los salarios a la productividad, nuevos criterios de despido y más, mucho más. Pero nada de nada, el paro sube, los contratos fijos no despegan y las empresas siguen con ERES y despididos. ¿Alguien me pudiera decir qué ha cambiado? Poco o muy poco, cuando los sindicatos guardan silencio con la que está cayendo. Se diría que viven al margen de los trabajadores y desde luego que no son ajenos a los parados. Al final la reforma no es más que una pantomima que no llega al empresario medio y que no resuelve ninguno de los problemas a los que se enfrenta. Pero bueno de cara a la sociedad se hizo y hecha está.
Es dificil que repunte el empleo, mientras no crezcamos lo suficiente y sobretodo cuando no hay perspectivas de hacerlo en el futuro. Ese es el principal handicap con el que se encuentra un empresario en la actualidad, está aguantando como puede lo que le está viniendo encima -y me atravería a decir- que se encuentra más sólo que la una, expoliado por unos y por otros. Muchos aguantan, pero algunos ya no.
Por su parte tenemos un colectivo desempleado que por decirlo finamente está desajustado con la realidad del mercado laboral y si no es imposible, es casi, una reeducación. No creo que con la oferta formativa actual se pueda cumplir con ese objetivo. La edad, los hábitos y los compromisos de cada uno impiden la eficiacia de cambios radicales en las habilidades laborales en este colectivo, como el todos los demás, por cierto. Por lo que no se puede esperar que la oferta laboral, por mucho que se invierta en ella, modifique su estructura y posiblidades a corto plazo; y siendo esto así, o se mantiene la estructura productiva actual (y se producen ajustes vía salarios), o se mantiene el volumen de desempleo.
Curiosa dicotomía.
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