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viernes, 1 de abril de 2011

Ya en la ciudad, ¿qué visitamos?

Que León no es una ciudad industriosa, ni industrial, ni industrializada lo sabe cualquiera, que existe un compromiso por parte de todas las instituciones  -como pasa en cualquier otra ciudad de España por donde ha pasado el tren del progreso y no lo cogió a tiempo- de convertirse en ciudad de turismo: cultural para ser más exactos -y para eso suena bien- y que recursos hay para ello es algo tan innegable como la inexistencia del sector secundario y del primario, me atrevería a decir.

Cualquier turista que se enfrenta a las posibilidades de la ciudad se encuentra, tradicionalmente con tres visitas obligadas: la Catedral, San Isidoro y un paseo (u otras cosas) por el centro histórico. Duranción total de la visita 1,68 días. A juzgar por el número de visitantes,  su atractivo objetivo debe ser mucho, porque colocan a León a la cabeza de entradas en la Comunidad con casi 1,2 millones de turistas, si bien es cierto que lejos aún de Salamanca (1,58 millones). Parece que en la guerra por ese turismo en el que, no hemos de olvidarnos estan metidas todas las provincias del interior, la provincia y por ende la capital, esta ganando muchas batallas.

El reverso de la moneda está en la estancia, poca, muy poca, inferior a la media española de 3,2 día y a la comunitaria de 1,7. El visitante llega, ojea lo importante, toma unas tapas y unos vinos, duerme y se marcha. Ingresos para la ciudad pocos, los muesos gratuítos (sino todos casi todos), las iglesias, las catedrales (en la provincia) by the face, un vino, quizá una comida y una cena, la habitación y un desemboso total como el anuncia de una famosa tarjeta de crédito, por persona de 60€. En resumen el turismo cultural es barato.Y lo que es barato no se valora. Hoy no voy a hablar de economía, lo juro, pero en Europa lo entienden de otra manera, lo valoran, tiene un precio y si lo quieres, lo pagas y todos tan contentos. Un dinero que redunda por un lado en la valoración del bien o servicio y por otro en los recursos para una oferta mucho mayor (mantenimiento, reparaciones, ampliaciones,...).

Ahora que estoy practicando un poco más con las redes sociales, páginas web y blog, me he dado cuenta, gracias a amigos como Jose Antonio de Fino (cuánto tiempo has perdido conmigo) que lo más importante de la red (internet) es que nos encuentren y visiten, de ahí el valor de Google. León parece que cada vez está más visitado, nunca será suficiente, ahora, hecho lo más dificil, hay que esforzarse en la rentabilidad, hacer que permanezcan. Porque permanecer implica gastar.

Existe una oferta museística más o menos completa en la que destaca esa píldora envenenada que es el MUSAC, que lleva el sobre nombre de Castilla y León, pero que en casi todas las provincias hay uno. Alabo la institución y el esfuerzo que entraña, los resultados obtenidos y la proyección cultural de la ciudad, pero con todo ello, hoy publicaba el Diario de León (por cierto felicidades por los 105 años), que desde su inauguración en el año 2005 con 113,755 visitas no ha dejado de decrecer, hasta menos de cien mil (98.500) en el año 2010. ¿Qué le pasa al MUSAC? ¿Se están invirtiendo eficazmente un presupuesto de cuatro millones de euros anuales? Seguramente no, al menos es lo que resulta de la luz de los datos.



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